El tratamiento básico habitual de las cojeras de pezuña consiste en el recorte de la pezuña siguiendo el método del recorte funcional y el legrado quirúrgico alrededor de la lesión. Este procedimiento resulta altamente efi caz:
• Si el diagnóstico es precoz.
• Si la lesión es pequeña.
• Si sólo afecta a capas superficiales del corion.
Sin embargo, cuando se recortan pezuñas es frecuente encontrarse casos en los que la lesión está más avanzada, compromete áreas importantes o tejidos más profundos, y cursa con un proceso inflamatorio.
Es frecuente que a estas vacas, usando exclusivamente las técnicas del recorte terapéutico, les cueste recuperar o incluso se hagan crónicas, algunas de ellas desarrollan infecciones profundas que llegan a comprometer estructuras internas (inserción del tendón flexor, espacio retroarticular) con un pronóstico
mucho más complicado.
La preocupación por las vacas crónicas en los establos es algo creciente, y creemos que para minimizar este problema es fundamental “hacer todo lo posible
en la primera actuación”.
Las lesiones de pezuña tienen un origen metabólico mecánico para resultar posteriormente afectadas por infecciones bacterianas. Por tanto, parece razonable pensar que un apoyo medicamentoso al momento del diagnóstico influya favorablemente en la evolución de la lesión.
Para evitar estas complicaciones sería recomendable un tratamiento antibiótico e incluso antiinflamatorio como apoyo al recorte terapéutico en los casos de lesiones de pezuña que cursan con inflamaciones coronarias y cojera severa.
Por otro lado, hay que ser realistas, y algunas de estas vacas evolucionan mal y deben ser sacrificadas. En este caso es importante asegurarse que el periodo de supresión en carne del antibiótico aplicado sea lo más corto posible.